Jaime Levy
Biografía
Llegó a Ecuador, el 18 de mayo de 1981, como voluntario del Cuerpo de Paz. Tenía 32 años y su lugar de trabajo fue la parroquia de Maldonado en la provincia de Carchi, que mantiene una distancia de 90 km con Tulcán, la capital de la provincia.
En esa época, viajar desde Tulcán hacia la parroquia tomaba hasta 5 horas por las condiciones viales que existían. La carretera se encontraba en construcción y era el único punto de conexión entre las comunidades mestizas y Awá, que actualmente son parte la parroquia El Chical. Para llegar a las comunidades del territorio Awá significaba una caminata de al menos un día, en el caso de San Marcos se tomaba dos días o más.
Cuando Jaime Levy estaba en Maldonado, la comunidad realizaba ferias los días viernes y se convertía en el espacio más dinámico de encuentro y de comercio; era notoria la presencia de los Awa. Él se interesó en acercarse y conocerlos para compartir, conversaba con ellos, les ofrecía alimentación y hospedaje en su casa. De estos acercamientos nace un interés en saber dónde y cómo viven.
A inicios de 1982 comienza a viajar a San Marcos, por invitación de Ignacio Taicuz, y empieza a conocer a otras familias. Con el pretexto de su pasión por los peces, hicieron en conjunto una concha en la finca de don Ignacio, debido a que en su voluntariado tenía la responsabilidad de apoyar con varios temas entre ellos la psicicultura y frutales, pero su formación como planificador lo motivó, el resto de su vida, apoyar a los Awá de Colombia y Ecuador.
Entre 1981 y 1982 hubo avances significativos en la carretera que conectaba a El Chical y eso motivó que ingresaran grupos de personas para colonizar y adjudicarse tierras a través de cooperativas. Las comunidades Awá no tenían un proceso de organización y desconocían sobre la legalización de tierras. Esta situación era compleja, porque entre otras cosas, los Awá no constaban como inscritos en el Registro Civil, la mayoría tenía condición de analfabetismo.
En 1890 los derechos de los pueblos ancestrales, como dueños de sus territorios, empezaron a ser reconocidos, anteriormente no se visibilizaba como prioritario entregar estas garantías reconocidas legalmente por el Estado que permitirían afianzar un futuro a los AWA. Ante ello, Jaime Levy, “El Gringo Amigo y Compañero” como lo llamaban las comunidades, identificó la necesidad que este pueblo se organice para gestionar apoyo desde el gobierno central y organizaciones internacionales.
En esa búsqueda de contactos conoce a Carlos Villareal, que trabajaba en Cancillería, y a través de esta instancia gubernamental se dio inicio a la propuesta de generar brigadas interinstitucionales para apoyar en varios aspectos a los Awá. En 1983, un año después de los primeros acercamientos, se gestionó un pequeño apoyo de Sobrevivencia Cultural con Ted McDonald de Estados Unidos, EEUU.
En ese mismo año ingresan las primeras brigadas, a las comunidades de Carchi, de los ministerios de: Salud, Registro Civil y Educación. En 1984 el IERAC, ahora Subsecretaría de Tierras y Territorios Ancestrales del Ministerio de Agricultura y Ganadería, realiza trabajo de campo con equipos topográficos, este mismo proceso se amplía para la zona de Esmeraldas y se constituye la Unidad Técnica del Plan AWA – UTEPA, en ese entonces era entidad con dependencia del Ministerio de Relaciones.
De esta manera se empieza a consolidar el trabajo interno dentro de las comunidades Awá con dirigentes que se comprometen a participar de manera activa. Entre estos años varios de ellos empiezan a viajar a Quito para mantener una presencia ante las entidades estatales y demás organismos.
Entre las personas que se entregaron a estas actividades se encontraban: Ignacio Tacuiz; Emilio Tacuiz; Horacio Pay, de Esmeraldas; Julián Cantincus; Lisandro Pascal; Anibal Nastacuaz y muchos más. Todos ellos no tenían un sueldo y se movilizaban sin tener recursos para gastos administrativos ni de movilización, todo el esfuerzo y trabajo se hizo por voluntad propia.
A mediados de 1984 se unen lazos con dirigentes Awá de los resguardos de Colombia y con el gobernador de La Turbia, Apolinar Bisbicus. El trabajo organizativo que empezaba a fortalecerse, implicaba visitar y realizar reuniones en las comunidades. Para ello, se realizaban caminatas de 15 días a un mes. En ocasiones se hacían recorridos por todos los centros Awá de Carchi y Esmeraldas, mientras que en Colombia se realizaba por los resguardos La Turbia, Ricaurte y El Sábalo. En 1985 se acuerda a través de las cancillerías de Ecuador y Colombia procesos binacionales en temas de educación y otros.
Jaime Levy, en 1992, junto a dos amigos creó lo que hoy es la Fundación para el Desarrollo de Alternativas Comunitarias de Conservación del Trópico, ALTROPICO, su mayor esfuerzo fue continuar con el apoyo al pueblo Awá. Desde que llegó a Ecuador, “El Gringo, el Amigo y el Compañero”, con sus reconocimientos en Ecuador y fuera del país, con amenazas, logros y desánimos mantuvo como su prioridad a los Awá de las tres organizaciones: FCAE, UNIPA y CAMAWARI, con quienes mantuvo estrechas relaciones hasta los últimos días de su vida.
Alicia Ortíz de Levy, indica que para contar la historia completa de su esposo se necesita refundirse en documentos diarios que él siempre llevaba, su último sueño fue el de escribir un libro. “La vida de los pueblos, las organizaciones de todos quienes vivimos y trabajamos junto a Jaime, sigue. Esperamos que continúe este legado con nuevas personas, verdaderos líderes y lideresas Awá, para enfrentar los desafíos y sueños de esta gran familia”.
Fundación para el Desarrollo de Alternativas Comunitarias de Conservación de Trópico
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